La capsulitis adhesiva, también conocida como hombro congelado, es una enfermedad que puede afectar a personas de cualquier edad pero se diagnostica con más frecuencia entre los 40 y los 70 años de edad, predominantemente en mujeres y afecta entre el 2 y el 5 % total de la población.
Los pacientes con diabetes mellitus tienen cinco veces más riesgo de capsulitis adhesiva que la población general y la prevalencia se encuentra sobre el 13%. Al igual que pasa con los pacientes que sufren hipotiroidismo, que es significativamente más alta que en la población general.
Esta capsulitis adhesiva es una enfermedad inflamatoria que afecta a los ligamentos, tendones y músculos que trabajan para proporcionar soporte, estabilidad y fuerza a la articulación del hombro.
Las causas pueden ser intrínsecas (propias del hombro, como calcificaciones o patologías en el manguito rotador), extrínsecas (enfermedades locales y que no provienen del hombro, como pinzamientos o radiculopatías cervicales) o sistémicas (enfermedades que afectan a todo el organismo como las mencionadas anteriormente: diabetes o trastornos en la tiroides).
Respecto a la evolución, es una enfermedad progresiva (puede ir empeorando hasta uno o dos años después de empezar el proceso degenerativo). Empieza con una aparición de dolor leve que va empeorando con el tiempo hasta que, debido a que se va creando nuevo tejido conectivo dentro de la articulación (denominado adherencias) empieza a dificultar el correcto movimiento general del hombro (sobre todo en rotación externa y elevación). Entonces la cápsula sinovial, que es la que se encarga de lubricar la articulación, se engrosa y va perdiendo sus facultades, empieza a proporcionar menos lubricación y es ahí cuando experimentaremos un serio trastorno de movilidad.
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Mediante el tratamiento quiropráctico, movilizaremos el hombro para restablecerlo a su posición articular correcta, así ayudaremos a recuperar el rango de movimiento normal y a reducir el dolor.
También verificaremos que no existan otras patologías derivadas de la capsulitis adhesiva en las áreas articulares cercanas, controlando que haya una correcta alineación cérvico-dorsal y que la espalda goza de un buen estado de salud general, previniendo que no vuelva a aparecer de nuevo.
La Quiropráctica es uno de los tratamientos más eficaces para tratar el hombro congelado ya que mediante esta terapia podemos ayudar a reducir el dolor, mejorar la movilidad general del hombro y recuperar el rango de movimiento de una manera indolora, fácil y rápida.
El Doctor en Quiropráctica evaluará el rango de movimiento inicial, el grado de afectación general de la patología en la que se encuentra el paciente y determinará el tratamiento y la duración. Elaborará un plan de tratamiento personalizado y adaptado que dependerá del grado de dolor y de la progresión e inflamación que se haya producido hasta el momento a causa de la enfermedad.
Por ello, es importante evaluar su dolor de hombro cuanto antes para mejorar en el menor tiempo posible y prevenir la atrofia muscular y posibles dolores cervicales o dorsales derivados de esta patología.