En esta época de vuelta al colegio tan delicada, padres e hijos estamos todos con ganas de volver a un ritmo de vida más normalizado, que conlleva obligaciones e imposiciones.
Estas influirán sobre la espalda de nuestros hijos y condicionarán mucho su vida de adulto.
De hecho, el primer traumatismo importante para nuestra columna empieza con el nacimiento, prosigue con el soporte de la posición de la cabeza, el aprender a caminar y luego las innumerables caídas que lo acompañan, el hecho de llevar cargas inadaptadas o en sí mismo, el estrés (¡sí, el mismo que sus padres!). Todo ello genera micro-desequilibrios que, acumulándose en su infancia, acaban generando malas posturas y dolores en el niño/a.
Durante la adolescencia los jóvenes experimentan fases de crecimiento importantes que pueden crear trastornos del sistema muscular, nervioso y articular.
Por ejemplo, lo único importante de la nueva mochila no es solamente que sea “cool” sino saber cómo elegirla, llevarla y cargarla. De no ser así, la aparición de patologías tipo escoliosis puede manifestarse.
Llevar esta mochila mal ajustada y mal cargada llegará a desalinear la columna e incluso deformarla.
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También es importante tener en cuenta las horas escolares pasadas en la misma posición, sentados/as, que imponen tensiones excesivas en las lumbares (la posición sentada genera más presión en la parte baja de la espalda que la posición tumbada o de pie).
Además de las exigencias escolares, los niños tienen en general actividades extraescolares que pueden generar un estrés emocional prematuro. Eso sin contar con las nuevas tecnologías que aceleran la sedentarización. En lugar de jugar en el exterior, cada vez más jóvenes prefieren quedarse delante del ordenador u otro dispositivo tecnológico (tablet, móvil…).
La importancia de un chequeo quiropráctico
Todos esos factores crean tensiones a nivel de la columna vertebral y repercuten sobre su correcto desarrollo. Delante de estas observaciones parece evidente que los padres tienen que estar informados de la importancia de una valoración regular de la columna vertebral de sus hijos. Una columna sana constituye un pilar sólido alrededor del cual el niño/a podrá crecer de manera armoniosa. No solamente los dientes tienen que ser examinados regularmente, la espalda también porque además no se reemplaza.
Tanto los niños como los adolescentes y adultos, pueden sufrir dolores de espalda, cuello, mandíbula, dolores de cabeza, hombros, rodillas, piernas… Por eso es importante asegurarse de su buen crecimiento y del buen desarrollo de su coordinación muscular con un examen quiropráctico y si se requiere, con un tratamiento quiropráctico.
La Quiropráctica trata de manera eficaz todos estos problemas gracias a ajustes mecánicos, técnicas articulares y musculares suaves, naturales, eficaces y adaptados a las diversas edades (bebés, niños, adolescentes). La Quiropráctica puede ayudarles.