Si bien el uso de medicamentos para el dolor y las inyecciones de corticosteroides son un tratamiento médico común para muchos problemas articulares y musculares, la Quiropráctica también puede solucionar muchas dolencias sin recurrir al uso de fármacos
Un quiropráctico puede ayudar a reducir la inflamación, a liberar un nervio pinzado, a mejorar el movimiento, la fuerza y la flexibilidad de la columna vertebral, brindándonos la capacidad de sentirnos mejor.
La Quiropráctica
La Quiropráctica atribuye los problemas estructurales del cuerpo a desequilibrios entre articulaciones y nervios; en particular los que afectan a la columna vertebral , que son capaces de generar disfunciones en nuestro cuerpo, especialmente en el sistema nervioso central y periférico.
Un trastorno en la columna puede interferir con los nervios que salen del foramen intervertebral (abertura que se encuentra entre las vértebras).
El término para esta desalineación o bloqueo se conoce como » subluxación «.
Esto puede dar lugar a diversos síntomas como dolor de espalda, dolor de cuello, dolor de cabeza, dolor de hombro, parestesia en las extremidades, ciática y otras dolencias varias, más o menos graves.
La principal diferencia que distingue a la Quiropráctica de otras profesiones de la salud es el denominado ajuste vertebral. Un punto fundamental es entender que la restauración del correcto estado de la columna vertebral es capaz de llevar al organismo a un proceso de autocuración.
El tratamiento quiropráctico
Con todo, el tratamiento quiropráctico no solo es utilizado para tratar el dolor de espalda, sino que se dirige a todas las personas que sufren dolencias causadas por microtraumatismos, estrés y un estilo de vida incorrecto.
Al no seguir terapias farmacológicas, el tratamiento quiropráctico es para todo el mundo, incluidas las personas con sobrepeso, las mujeres embarazadas y los niños, sin contraindicaciones.
Realizar un chequeo de nuestra espalda y prevenir o solucionar aquellas dolencias que nos impiden rendir al máximo, solo puede mejorar nuestra calidad de vida.