Entre cada vértebra de nuestra columna vertebral se sitúa un disco llamado «disco intervertebral» que actúa como un cojín, amortiguando los movimientos de las vértebras y permitiéndonos flexionarnos y doblarnos al tiempo que evita que los huesos rocen entre sí. En el centro del disco, el núcleo está también compuesto de agua.
Nuestros discos se rehidratan mientras dormimos. Sin embargo, solo dormir no es suficiente para mantener nuestros discos adecuadamente hidratados para prevenir el dolor y la degeneración.
En realidad, es muy difícil que tus discos se mantengan hidratados cuando estás en posición vertical todo el día si además no hay un buen paralelismo entre vertebras o existe una mala alineación vertebral. Por eso, es esencial centrarse en beber suficiente agua.
Cuando permitimos que nuestros discos se deshidraten, estos no pueden proporcionar su función de protección y soporte que necesita la columna vertebral.
Nuestros discos intervertebrales son vitales porque absorben el impacto de nuestros movimientos, protegen la columna vertebral del desgaste y nos ayudan a mantenernos con movilidad y con una postura adecuada.
El agua también mantiene las articulaciones lubricadas, reduciendo los efectos de la actividad muscular o de esfuerzos inesperados. También, el dolor de espalda podría ser un indicador de una infección renal a causa de la deshidratación.
Hidratarse para evitar el dolor de espalda
Bebe por lo menos dos litros de agua al día:
- Lleva siempre contigo una botella pequeña de agua.
- Si te cuesta beber, añade limón fresco, lima, menta, pepinos u otras opciones bajas en calorías y sin azúcar que hagan que tu agua sea más apetecible.
- Registra en tu móvil los vasos de agua que bebes al día. Puedes descargar una aplicación que rastree la cantidad de agua que estás bebiendo a diario y configurar recordatorios para no olvidarte.
- Añade electrolitos a tu agua en los días de entrenamientos pesados.
Cuando vayas al lavabo, presta atención al color de la orina, te permite obtener una medición en tiempo real de tu nivel de hidratación. Un color amarillo pálido indica una buena hidratación.
Dolor de espalda y tratamiento quiropráctico
Si bien la deshidratación no es el único elemento por el cual aparecen los dolores de espalda, si padeces de una desviación vertebral, de una subluxación en la espalda o de una lesión discal debido a la deshidratación, a través del tratamiento quiropráctico es posible revertir el daño causado.
Varios estudios evidencian que los ajustes quiroprácticos realizados por un profesional quiropráctico son eficaces para disminuir el dolor agudo de espalda y las protrusiones discales.
Durante la evaluación quiropráctica, se identificará el origen de tu dolor de espalda para abordar el mejor plan de tratamiento personalizado.