La ansiedad, el estrés, la rutina o una simple falta de atracción hacia la pareja son a menudo la justificación para una impotencia sexual entre las sábanas
En cambio, en muchas ocasiones el problema puede ser físico y no hay que subestimarlo. Este hecho podría solucionarse, en muchas ocasiones, desde las primeras sesiones del tratamiento quiropráctico.
En el caso de los hombres, más precisamente, la causa física podría ser el nervio que conecta el aparato reproductor masculino con el cerebro, denominado nervio pudendo, localizado en los niveles S2, S3, S4 de la columna vertebral, a través del sacro y que desciende por la zona del perineo.
Una mala postura, cruzar las piernas, montar demasiado en bicicleta o acciones similares a estas, pueden provocar una contracción crónica de los músculos que rodean este nervio, causando irritación e inflamación y, en consecuencia, un mal funcionamiento.
Al excitarse, el cerebro envía señales al aparato genital masculino para activar el mecanismo de erección, que consiste en un aumento del flujo sanguíneo arterial hacia los cuerpos cavernosos del pene, lo que aumenta su tamaño. A medida que estos cuerpos cavernosos se hinchan, comprimen las venas, disminuyendo el flujo de salida de la sangre venosa.
Este mismo proceso se produce en el clítoris de la mujer y en los pezones de ambos sexos. También por esto, las mujeres a menudo tienen dificultades para alcanzar el orgasmo.
Tratamiento quiropráctico y nervio pudendo
A través del ajuste quiropráctico es posible liberar el nervio pudendo favoreciendo el flujo sanguíneo hacia el pene mejorando la erección en el caso del hombre, y el flujo sanguíneo al clítoris, favoreciendo la transmisión del placer y el orgasmo, en el caso de la mujer.
A veces, son suficientes pocas sesiones quiroprácticas para desbloquear el problema y notar rápidamente una mejoría.
La Quiropráctica ayuda tanto a nivel físico como emocional, ya que actúa eficazmente en el sistema nervioso central y favorece su correcto funcionamiento. Al mismo tiempo, ayuda a reducir los estados de tensión y estrés a nivel musculoesquelético.
A través del ajuste quiropráctico se restablece principalmente la transmisión normal de los impulsos neurológicos entre el cerebro y los órganos afectados, gracias a la eliminación de las subluxaciones.
Gracias al tratamiento quiropráctico es posible un mejor funcionamiento del sistema nervioso, lo cual aumenta la calidad de la señal de retroalimentación del aparato genital femenino y masculino hacia el cerebro.
El enfoque quiropráctico permite, con total seguridad, ayudar al paciente, sin recurrir a fármacos, tras un cuidadoso estudio del estado general de la persona, con el objetivo de identificar el origen del problema para ofrecerle una recuperación completa y duradera.