El dolor pélvico crónico es una dolencia compleja y debilitante que afecta tanto a hombres como a mujeres, alterando significativamente su calidad de vida.
Aunque tradicionalmente este dolor se ha asociado con las mujeres, los hombres también pueden experimentar este tipo de dolor, localizado en la región inferior del abdomen y la pelvis
La Quiropráctica, una disciplina centrada en el diagnóstico y tratamiento de trastornos musculoesqueléticos, emerge como una opción terapéutica altamente eficaz para abordar este desafiante problema.
Dolor pélvico crónico en hombres y mujeres
El dolor pélvico crónico en hombres puede surgir debido a diversos factores, incluyendo infecciones del tracto urinario, prostatitis crónica, disfunción muscular del suelo pélvico, hernias inguinales y trastornos neurológicos, entre otros.
La pelvis está conectada con la columna vertebral, especialmente la sección lumbar. Las articulaciones y estructuras en esta área pueden superponerse, lo que a veces dificulta diferenciar entre dolor pélvico y lumbar.
Este dolor, que puede manifestarse como malestar entre el abdomen y los muslos, desde la parte baja del abdomen hasta las nalgas y la región inguinal, adopta diversas formas: agudo o sutil, irradiante o focalizado.
Por ejemplo, los tirones musculares pueden generar dolor repentino al levantar objetos, también al reír, al sentarse mal o durante largos ratos, e incluso al toser, mientras que las infecciones urinarias o problemas digestivos pueden desarrollar dolor gradual que, si no se trata, puede evolucionar a una condición crónica.
En mujeres, el dolor pélvico crónico se considera crónico si persiste por más de 3 a 6 meses. Aunque su origen puede ser ginecológico, también puede ser atribuido a problemas digestivos o musculoesqueléticos, en los cuales la Quiropráctica ha demostrado ser altamente beneficiosa.
Trastornos musculoesqueléticos como la fibromialgia o el dolor miofascial crónico son relevantes en este contexto. Los síntomas varían, pero es común que el dolor se presente de un modo agudo y punzante, similar a dolores menstruales, debido a la inflamación en articulaciones o músculos.
La Quiropráctica: Tratamiento efectivo para el dolor pélvico crónico
La Quiropráctica se basa en la premisa de que varios trastornos de la salud guardan relación con el sistema musculoesquelético. Por consiguiente, cuidar tanto de la columna vertebral como de las articulaciones mediante ajustes quiroprácticos puede aliviar y corregir una variedad de síntomas al tratar la raiz del problema.
Por ejemplo, la desalineación de las articulaciones pélvicas suele causar dolor en la cintura pélvica, resultando en rigidez y molestias. Además, este desequilibrio puede afectar a las articulaciones de la rodilla y cadera.
El equilibrio de músculos en la cintura pélvica es crucial y su interacción a través de los tendones puede generar restricciones en tejidos conectores como tendones, ligamentos y fascia.
Esto puede ocasionar una desalineación que evolucionará en dolor crónico. Golpes, traumatismos en la columna, pelvis o piernas pueden causar desalineaciones similares y generar dolor pélvico crónico.
La Quiropráctica evalúa el sistema nervioso y circulatorio, liberando restricciones y mejorando la fluidez y las conexiones nerviosas para aliviar y eliminar el dolor.
Un enfoque integral para el tratamiento
Dado que el dolor pélvico crónico puede tener múltiples causas, adoptar un enfoque multidisciplinario es esencial. Esto puede incluir la colaboración entre especialistas en Urología, Gastroenterología y Quiropráctica.
Para los casos relacionados con problemas musculoesqueléticos, el tratamiento quiropráctico es suficiente y eficaz para eliminar el problema de raíz.
Si estás lidiando con dolor pélvico, la Quiropráctica ofrece una solución efectiva para eliminar y reducir los síntomas, mejorando tu bienestar físico y emocional.
Considera el tratamiento quiropráctico para restaurar la salud de tu pelvis y prevenir recaídas.